domingo, 14 de octubre de 2012

Stephan Zweig no es un tipo de fiar



Vale, empecemos desde el principio.



Al ver que carta de una desconocida gustaba tanto a Olyy a Beleth, y estar tan a mano en la biblioteca, me decidí a probar a Zweig, para ver qué misterio tenía esta lectura y si era tan buena como decían. Y sí, carta a una desconocida me gustó: es un libro muuuuy corto, no llega ni a las 100 páginas, muy bien escrito, pero que no me emocionó, o no sé cómo explicarlo, no me metió dentro de las páginas para que todo fuese mucho más real, lo leí todo desde la distancia y sí, disfrutarlo, lo disfruté, pero no me enamoré del libro.



Pasé al siguiente libro de Zweig, Mendel, el de los libros, y una ya se imaginaba al monje con sus guisantes y sus pruebas de hibridación, pero no, hay que leer, y era el judío Mendel, con sus libros, en la misma mesa de la misma cafetería, todo ello contado desde el punto de vista de un estudiante que al pasar la II guerra mundial entra en esa cafetería por casualidad y anda con el famoso ¿de qué me suena a mí tanto esto? Hasta que al final nos cuenta la historia de Mendel, alguien a quien conoció, pero a quien perdió la pista, así que se valdrá de la ayuda de los del bar para ir averiguando qué fue de él. Una historia en la cual se ve otra vez que las guerras no son justas o injustas, sino solo sangrientas. Este libro es todavía más corto que el de carta a una desconocida, se lee en un rato, está bien escrito, pero en mi opinión es peor que el anterior.



Con ¿Fue él? Volví a descubrir lo mejor de Zweig, un Zweig a la altura de carta de una desconocida, que a mí me llegó a encantar, incluso un poco más que con carta de una desconocida, puede que porque este libro fuese de misterios, puede que porque volvíamos a verlo todo desde el punto de vista de una mujer o porque de todos los que he leído de él, me entrase el gusanillo de seguir queriendo saber más y más ¿quién es él? ¿qué hizo? ¿a quién? No voy a decir nada más del argumento, el libro es lo suficientemente corto, como para estropear su magia hablando de él.



Viaje al pasado vuelve a contarnos la historia desde el punto de vista de un hombre, volvió a resultarme más denso, sigue estando bien escrito, pero a mí no me enganchaba de la misma manera. Como bien dice el libro la historia empieza en el pasado, contándola desde la perspectiva del “enamorado”, para llegar al momento presente en el que se encuentra con su “enamorada” y desde allí ir narrando los sucesos que pasan, para llegar a un final completamente insatisfactorio desde mi punto de vista, parece como si al final fuese ni comer, ni dejar comer, después de estar dando todo el libro la paliza con la misma cosa.



Ardiente secreto es un libro acerca de los celos, si bien me sorprendió, porque era el primer libro que leía de este hombre, que tuviese capítulos. Es la historia de un hombre que pretende seducir a la madre de un niño, para lo cual, se hace con la amistad del niño, para llegar a la madre, y una vez que ha llegado a ella, tanto la madre como él pasan del niño olímpicamente. El libro es en tercera persona, sí, pero esta vez, trata la historia desde el punto de vista del hombre, de la madre, pero sobre todo del niño. Al principio me costó un poco más, pero luego conseguí engancharme considerablemente. Aunque tengo que reconocer que este libro trajo bastantes malos pensamientos a mi cabeza, como por ejemplo, ¿por qué todos los españoles deben de saber obligatoriamente francés? ¿por qué no existe ningún tipo de traducción dentro de un libro tan caro? Y ese tipo de cosas, que nada tienen que ver con Zweig, pero mucho con Acantilado, con su precio abusivo de sus libros y sus ediciones tan poco cuidadas (en notas a pie de página para explicar estas frases en francés, y no es este el único libro de Zweig en el que pasa esto), en sus portadas tan cutres (de salvar salvaría la de ¿Fue él? Y ni siquiera tanto porque la raza del perro es distinta en la portada que en el libro). En fin, que me parece a mí que ya que se pide tanto dinero por unos libros, no estaría de más cuidar el formato y la edición de estos mismos. Si solo con ver los "destrozos que se pueden hacer con las portadas", aquí dejo el cuadro en el que se basaron para hacer la portada de ardiente secreto, vean y comparen y si encuentran algo peor, les devolvemos su dinero:


Estas portadas siguen dando ánimos a la gente como yo, que no sabe usar el photoshop y casi ni escribirlo ni deletrearlo, porque hasta yo podría hacer el mismo trabajo que el que diseñó la portada. El negro, señores, no pega con todo.



Y, finalmente, llego al libro que abandoné de Zweig, el candelabro enterrado, una novela histórica sobre un candelabro sagrado para los judíos que va pasando de amo en amo y al cual los judíos van siguiendo por el mundo, como esclavos, normalmente. No es que el libro estuviese mal escrito, sino que yo leo para entretenerme, si la historia no me entretiene y siento que tampoco me aporta nada de nada la dejo (he leído biografías un tanto tostonas, solo por curiosidad por ese personaje histórico, aunque la escritura no haya sido el punto fuerte del autor), así que esa es la razón.

En resumen: Stephan Zweig es un escritor que cuida muchísimo su estilo, con libros muy cortos, normalmente sin capítulos, que empieza a bocajarro directamente con la historia para ir resolviendo el ¿Y a qué leches viene todo esto? Conforme avanza la narración. Pero no es un tipo de fiar, cada libro suyo es como un huevo kinder, te puede gustar la sorpresa que guarda en el interior o no.


Related Posts with Thumbnails